Rocío Mora, Directora de APRAMP

Rocío Mora, Directora de APRAMP

Prevenir y sensibilizar: los grandes retos contra la trata de personas, según Rocío Mora, presidenta de APRAMP Panorama

Carta de España charla con Rocío Mora, Directora de APRAMP, asociación que trabaja por erradicar la violencia y la explotación sexual contra las mujeres, desde la detección hasta su integración social. Solo en lo que va de 2024, la APRAMP ha detectado casi seis mil casos de violencia y explotación sexual, que se extiende cada vez a la infancia. El objetivo, en palabras de su directora, es algún día garantizar “que no va a llamar a la puerta nadie para contarme una situación cada vez más tremenda y horrible de violencia”.

La trata de seres humanos es un delito muy grave con fuertes vinculaciones con el crimen organizado y que presenta una dimensión global. Pero la trata es un fenómeno que trasciende a todo ello. En primer lugar, se vincula a gravísimas vulneraciones de derechos humanos: las víctimas de trata son instrumentalizadas, privadas de su dignidad, y convertidas en meros engranajes del sistema productivo con el solo propósito de obtener beneficios económicos y que afectan de manera muy particular a las personas en situación de mayor vulnerabilidad.

Así comienza la exposición de motivos del nuevo anteproyecto de Ley Orgánica integral contra la trata y la explotación de seres humanos, un texto legislativo que pretende ser un punto de inflexión pues ofrece una respuesta pionera en la línea de las más recientes tendencias a nivel internacional. Además, quiere establecer un enfoque integral en la acción de los poderes públicos frente a la trata y a la explotación de seres humanos, que ha de ir más allá de la imprescindible respuesta penal (investigación y persecución del delito). Para ello, ha de abordar también la prevención y la sensibilización de la sociedad, como elementos clave para la erradicación de estas prácticas, incidiendo en el papel de la demanda y en la importancia de desarticular el modelo de negocio y romper la cadena de la trata y la adecuada asistencia y protección de las víctimas, que constituye el eje vertebrador de esta ley orgánica.

De todas estas cuestiones hablamos con Rocío Mora, directora de la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención de la Mujer Prostituida (APRAMP). Desde esta organización llevan a cabo un proyecto de atención integral a personas prostituidas y mujeres víctimas de trata, desde la toma de contacto con la mujer y su identificación como víctima, hasta la recuperación e inserción en el mercado laboral de España o su retorno en condiciones de seguridad a su país de origen.

Solo en el primer semestre de 2024, desde los diferentes dispositivos de APRAMP han detectado a 5.643 personas en situaciones de riesgo de explotación y trata. Pero no solo hablamos de mujeres adultas, sino de niños, niñas y adolescentes que se encuentran en una situación similar. Desde APRAMP también cuentan con un programa de detección de menores, realizando estudios previos que aportan datos donde se constata que un 32% de las encuestadas manifiestan haber sido menores cuando comenzó su explotación.

Rocío Mora nos da luz hacia los puntos importantes que se deben seguir para conseguir su reto más deseado: poder decir que todo está hecho y que se ha puesto fin a una realidad aterradora para estas personas, que es su mayoría son mujeres y niñas.

1. ¿Qué labor realiza APRAMP?

La labor de APRAMP es conocida: nuestras acciones tienen como fin último crear una sociedad que esté libre de violencia y de explotación y en la que las personas que atendemos logren llegar a tener una vida en libertad y en dignidad.

Eso pasa por apostar por sus derechos fundamentales, que la mayoría de las veces están siendo vulnerados. Cuando hablamos de derechos fundamentales, estamos teniendo en cuenta derechos tan fundamentales como el derecho a comer, derecho a tener movilidad, derecho a tener nuestra propia casa y poder salir y entrar, derecho a comunicarte con el país que te está acogiendo, derecho a acceder a todas las administraciones o derecho a tener una identidad. La mayoría de las mujeres que atendemos lo único que tienen es una maleta de vulneración absoluta de estos derechos.

Desde APRAMP apostamos por sus derechos, por devolverles esos derechos, ofreciéndoles una atención especializada, integral y un programa que vaya desde la detección hasta la completa inserción de estas personas. Tratamos de servir de puente para que las personas que atendemos sean protegidas por el gobierno central.

No somos una asociación paliativa ni asistencial, sino todo lo contrario. Lo que pretendemos, por distintas áreas, es recuperar a las personas que atendemos. Eso lo hacemos porque detectamos a las víctimas a través de dos servicios fundamentales: la unidad móvil y un teléfono 24 horas disponible para ellas.

Tras la detección con estos dos servicios, pasamos a la protección y a la asistencia integral. Disponemos de centros de acogida a nivel nacional en distintas comunidades autónomas, establecidos de forma estratégica.

Una tercera pata de nuestro proyecto, y eso también nos diferencia, es la atención integral y la formación. Si no estás dando esa formación a las personas que estás atendiendo, si no abres un abanico grande de posibilidades, las mujeres no van a salir de la situación en la que están. Tienen que pagar una deuda muy grande, es una espiral muy cerrada con grilletes muy fuertes, y muchas veces son grilletes, como ellas dicen, mentales.

Muchas de esas mujeres trabajan con nosotros de manera ambulatoria, es decir, deciden colaborar desde un inicio y, por tanto, tienen que estar protegidas en entornos seguros, por lo que contamos con plazas de protección. Concretamente, desde APRAMP contamos con 21 plazas de protección, con la que brindamos una seguridad mediante la deslocalización de estas mujeres.

Lo que pretendemos hacer es un proyecto lo suficientemente amplio para trabajar con ellas de manera integral y especializada. Pero, por otro lado, APRAMP hace una gran labor de sensibilización. Hemos creado gran cantidad de campañas enfocadas a la sensibilización de la sociedad en todo aquello que nosotros estamos viendo y que no está al alcance de su mano porque consideramos que no se lo están mostrando de la manera adecuada.


Centro de formación ocupacional de APRAM en Madrid

2. ¿Cuál es su labor como Directora de APRAMP?

Desde mi punto de vista, considero que es fundamental que todas las directoras conozcan la entidad desde la base. Yo tuve la oportunidad de hacerlo, porque estuve más de cinco años, mientras realizaba mis estudios universitarios, de manera voluntaria, participando activamente en el mejor programa que APRAMP tiene que es la unidad móvil. Y ahí me di cuenta de muchísimas cosas, pero sobre todo me di cuenta de que APRAMP tenía muy clara la participación de las supervivientes.

Además, creo que una directora tiene que ser cercana al equipo y a la realidad. Yo intento hacer todo lo posible. Evidentemente, esto unido a la labor de ser la cara visible de muchísimas personas que no tienen voz, pero siempre intentando estar en el día a día lo máximo posible. Primero, porque me motiva y segundo porque yo creo que es la manera de que nuestra misión y nuestra visión esté implantada en todos los servicios y en la labor diaria de APRAMP. Sinceramente, creo que, de verdad, somos una entidad que tiene muy buenos resultados, somos efectivas en lo que hacemos y además tenemos a las heroínas del proyecto dentro del mismo, delimitando y marcando el camino a seguir. Por tanto, más que un proyecto de la dirección también es un proyecto de todo el equipo y, sobre todo, la alfombra roja está puesta para ellas.

3. Respecto a la trata y explotación de seres humanos y víctimas de explotación sexual en España, ¿de qué nacionalidad son la mayor parte de las víctimas? ¿Existen casos de mujeres españolas víctimas en este sentido? ¿Cómo se actúa al respecto?

Las personas que nosotros atendemos han sido captadas en los países de origen. Son víctimas de más de 59 nacionalidades diferentes y cada vez son más. Hace dos años los países prioritarios eran Nigeria, Rumanía, Brasil o Paraguay. En estos momentos, la mayoría son países Iberoamericanos. Estamos hablando de Colombia, de Venezuela y seguimos hablando de Paraguay.

En la mayoría de los casos son mujeres, pero también son niñas. Y cuando digo niñas es porque también en todos esos programas hemos llegado a ser una asociación referente cuando estamos hablando de niños, niñas y adolescentes, porque no existían recursos adecuados para la protección de la infancia. Hemos podido crear un alojamiento y una metodología de trabajo que está muy enfocada a esta perspectiva de infancia que es lo que muchas veces se ve invisibilizada, no solo en los programas que muchas entidades hacen, sino en las propias políticas públicas.

Pero nosotras intentamos no hablar nunca de perfiles de mujeres que puedan ser víctimas de trata, porque estaríamos haciendo una estigmatización de las mujeres. Yo siempre hablo de factores de riesgo. Factor de riesgo es ser mujer, haber nacido en un país determinado, son factores económicos, sociales, pertenecer a una etnia determinada y tener un estado absolutamente de vulnerabilidad.

Sin embargo, la pandemia ha provocado un punto de inflexión en España, en el sentido de que todas podemos estar al alcance de las personas que están sacando el máximo rendimiento de explotar el cuerpo de casi niñas.

Nosotros hemos presentado un proyecto que consiste en un análisis de redes sociales y plataformas y nos centramos en la que consideramos más alarmante, es decir, Tik Tok. A esta plataforma están accediendo niñas a partir de 12 años y nos hemos dado cuenta de que no están cumpliendo las normas básicas, porque es una plataforma donde se está monetizando cualquier historia que tú subes. Cómo es posible que estén accediendo niñas de 12 años cuando se está pagando por subir determinadas fotografías que están siendo solicitadas por demandantes que no están identificados. Lo que hicimos fue conseguir tres testimonios de españolas que habían sido captadas a través de Tik Tok y con estas tres historias quisimos denunciar esta situación. No tratamos de decir que las redes sociales sean malas, sino que los jóvenes utilicen el móvil, pero teniendo muy claro que son piezas claves de coacción, de captación, de mafias y proxenetas.

Creo que es muy importante destacar que estamos hablando de realidades, que no específicamente hay que estereotipar cuantas. Y, desde luego, lo que sí ha pasado es que, cuando no hay una materia prima exportable, cuando no se puede captar en países porque las fronteras están cerradas, tuvieron que coger a gente aquí.

Para actuar al respecto, es necesaria la prevención, la visibilización y la sensibilización, pero es importante hacerlo también en los centros educativos. Estoy hablando de nuevas tecnologías, pero también estoy hablando de educación afectivo-sexual adecuada a nuestros jóvenes. Muchas veces no se está contando todo lo que está ocurriendo. Y si se cuenta, se cuenta de manera anecdótica y al final se queda en esa anécdota y ellos no pueden participar de esa propia prevención o esa educación. Yo creo que es fundamental que se tenga información y formación.

4. ¿Qué demandas podrían plantearse a la Secretaría de Estado de Migraciones para la sensibilización, prevención y protección respecto a la trata y la explotación de seres humanos?

Yo creo que, desde el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, y en concreto desde esta Secretaría de Estado de Migraciones, se han realizado muchas iniciativas. Yo llevo colaborando muchos años, creando proyectos, siendo apoyada con esos proyectos y trabajando con los propios equipos.

A mí me parece fundamental la prevención, hay que sensibilizar. Por otro lado, creo que las políticas públicas de esta Secretaría deben ser inclusivas. De nada sirve que estemos haciendo grandes proyectos y estemos visibilizando una realidad, si los que sufren esta situación no pueden poner sobre la mesa qué les ayudó a salir, cómo salieron y, sobre todo, qué es lo que están haciendo positivo por otras personas en esa situación. Siempre se habla de la inmigración de manera negativa, nunca se habla con ejemplos positivos

Me preocupa muchísimo que no existan organizaciones especializadas, ni programas especializados que den cobertura, atención y apoyo a miles y millones de mujeres que están llegando y sabemos que finalmente no van a tener alternativas y van a estar en manos de mafias y proxenetas. Nuestra estrategia debe fundamentarse en la prevención.

Cuando hemos hecho una buena prevención, hemos tenido grandes resultados, como ha sido el caso de la Guerra de Ucrania en colaboración con la Secretaría. Hemos alarmado, hemos alzado la voz, los medios de comunicación han entendido que, si eres mujer, eres moneda de cambio cuando existe una guerra en los países de origen. Y es el Gobierno el que tiene que abordar esa realidad, son los ministerios y las secretarías especializados. Pudimos unirnos todos, organizaciones especializadas como APRAMP creamos incluso una tarjeta para poder ser entregada, no solo en la salida de Ucrania, sino en la llegada a España, dando información preventiva.

Yo creo que tiene que ser el Estado español el que deba ofrecer esas políticas adecuadas a las personas. Fundamental la prevención, fundamental la atención y la labor las organizaciones especializadas. 


Entrada del Centro de formación ocupacional de APRAMP en Madrid

5. ¿APRAMP realiza algún tipo de acción respecto a las personas víctimas de trata y explotación en el exterior?

Llevamos muchos años trabajando dentro de la cooperación española. Desde nuestro punto de vista consideramos que, si no se previene en los países de origen, el delito, el engaño y la captación empiezan allí. Desde APRAMP lo hemos abordado de muchas maneras, pero nuestra principal forma de funcionar es hacer un diagnóstico. Desde nuestra organización comenzamos por analizar las realidades que estamos observado con nuestras atenciones. Nos encontramos con que hay países donde se repiten estas historias y no hay ninguna acción, ni por parte de sus Consulados ni Embajadas en España, ni fuera del país. Y hemos trabajado en estos casos, invitadas por los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.

Un ejemplo de esto fue el caso de Rumanía, cuando hace unos años era un país desde donde llegaban miles de mujeres y suponían más del 40% de las atenciones en APRAMP. Ahí comenzamos un proyecto de cooperación en el que también participó Italia, con el fin de reducir la entrada de ciudadanos y ciudadanas en España y en Italia, porque entraban de manera masiva y estaban siendo explotados. Ahí logramos que empezaran a colaborar de manera conjunta, no solo los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, a través de sus enlaces, a través de Embajadas y Consulados, sino las organizaciones especializadas.

Ya en Rumanía nos empezaron a solicitar la forma de denunciar en el propio país y que se ofreciera la información necesaria para investigar en Rumanía y que se parara esa captación. Ese mismo procedimiento que utilizamos para Rumanía, lo utilizamos posteriormente con Brasil, porque era un país de origen de muchísimas mujeres, y posteriormente hemos estado más de diez años trabajando con Paraguay, con un proyecto diagnóstico.

También, dentro del Ministerio de Asuntos Exteriores, hemos presentado un proyecto que consiste en la cooperación con Consulados y con Embajadas. Hay que tener en cuenta que, o bien el tratante, o bien la víctima de trata, quieren tener un documento para poder viajar y eso, al final, es una responsabilidad de los Consulados y las Embajadas. Por eso, el nuevo proyecto que vamos a presentar consiste en que desde estos organismos nos den cobertura para poder sensibilizar y que nos abran la puerta para poder identificar qué asociaciones están trabajando permanentemente con estas puertas de entrada. Desde nuestro punto de vista, estas organizaciones deben ser formativas, acogedoras y tienen que saber detectar en su grado máximo a todas y cada una de las personas que están entrando en España y que somos conscientes de que van a caer en las redes de explotación.

6. ¿Cómo se plantea la reinserción de las víctimas en la sociedad y en el ámbito laboral? ¿Qué podría hacerse desde los poderes públicos al respecto?

Las políticas públicas que organizaciones como APRAMP han elevado al Gobierno en este aspecto, creo que tienen un resultado en varias asociaciones que dan alternativas reales a todas estas mujeres. APRAMP lleva más de cuarenta años con ese modelo. Si no estamos dando esa formación, si no damos esa posibilidad de que las mujeres que vienen de otros países sean formadas hasta que tengan la posibilidad de acceder a los centros educativos españoles o puedan cursar carreras o preformaciones, no estaremos haciendo nada.

Llevamos muchos años pidiendo, no solo a la administración, sino creo que en estos momentos se lo pido más a la sociedad que a la administración. Creo que es otra de las piezas que importantes que debe tener una ley es el partenariado. Es una palabra que se utiliza en otros países y consiste en la colaboración, porque una entidad no puede hacerlo todo.

Ya estamos haciendo muchos convenios de colaboración y ya tenemos a grandes socios a nuestro lado. La Mutua Madrileña, la Fundación Reale, el Santander, la Caixa…  Además, hemos sido apoyadas y somos apoyadas por Casa Real.

Con ello, lo que se tiende es a facilitar un conocimiento de lo que APRAMP hace y un camino de colaboración con todas aquellas personas que pueden prestar ese empleo cuando una persona está recuperada, está formada y necesita dar ese paso para salir de esa situación.

Estamos hablando de procesos larguísimos y nuestros datos son aplastantes. En este semestre hemos realizado más de 5.600 detecciones. Anualmente, nosotros llegamos a facilitar un itinerario individualizado de inserción a más de 2.000 personas y, lo importante de estas personas, más de 600 han iniciado un itinerario individualizado de inserción. Además, 397 han participado en diferentes acciones de formación y 180 han iniciado un proceso de búsqueda activa de empleo. Eso ya significa muchísimo.

Esto era impensable hace años, porque cuando existe una ley, hay un montón de mecanismos que ya se están utilizando. Pero tenemos que seguir esforzándonos en eso. Que en el momento en el que existen indicios que nos están delimitando que estamos delante de esta realidad, automáticamente podamos trabajar cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, organizaciones especializadas, pero también que la sociedad esté esperando la recuperación de esa mujer para que finalmente pueda ser insertada en nuestra comunidad.


Imagen de la Reina Letizia en la que viste chaqueta realizada por las mujeres que forman parte del proyecto de formación ocupacional

7. ¿Qué aportaciones se han realizado desde APRAMP al anteproyecto de Ley Orgánica integral contra la trata y la explotación de seres humanos? ¿Considera que es un paso en la buena dirección para la erradicación de estas prácticas?

Desde mi punto de vista, esta Ley Orgánica debe tener las bases fuertes y eso comienza con que todas las personas que actuamos de manera específica y que llevamos tantos años haciéndolo, estemos ahí reflejadas. Cuando no estamos visibilizados, a mí no me va a ser fácil una ley en la que no se esté viendo las acciones o las actuaciones que deben hacer los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, al igual que debemos estar incluidas las organizaciones especializadas. Y no me refiero a todas las organizaciones, sino a las entidades especializadas. Yo no quiero estar al lado de alguien que no está haciendo lo mismo que estoy haciendo yo, y eso incluye dar alternativas a las mujeres, porque si no, no estaremos haciendo nada.

Yo sí que creo que esa ley es muy necesaria, pero lo que hay que hacer es un pacto social, si no existe un pacto social y un pacto en el parlamento, es muy complicado que esa ley sea aprobada y sea efectiva. Nosotros llevamos pidiéndolo más de 15 años y hemos puesto sobre la mesa qué medidas de prevención tiene que haber, qué medidas de protección, qué medidas de persecución del delito, qué medidas de acceso a derechos, qué medidas para trabajar todos de manera conjunta.

Y luego, otro aspecto a destacar es que va a ser un texto que va a implicar a todas las Comunidades Autónomas, mientras que esto es una responsabilidad del Estado, no de las Comunidades Autónomas. Todo lo que tiene que ver con violencia, con seguridad, son objetivos claros que tiene que desarrollar el Estado español, no las Comunidades Autónomas. Porque eso es lo que te da la medida y la seguridad en caso de, por ejemplo, yo tengo una víctima en Madrid y la puedo trasladar a Valencia. Pero si no tengo la competencia y la autorización del Estado, no puedo sacar a esa persona. Otra cosa es que los servicios más enfocados a la acción directa con la persona sean realizados por las Comunidades Autónomas, pero la responsabilidad es del Estado.

8. El pasado junio recibió el título al Mérito Civil por su labor como directora de APRAMP, ¿qué supuso personalmente y para la Asociación?

Cualquier reconocimiento es un impulso para seguir trabajando en esa línea. Es importante para nosotros, porque es un objetivo reconocido como Estado. Cuando dentro de la agenda del Estado español se incorpora la trata de seres humanos, para mí es algo importante, porque eso significa que queremos acabar con la trata y que dentro del Estado español no estamos para nada de acuerdo con que se esté explotando o que se esté esclavizando principalmente a personas, pero que son mujeres y niñas en su mayoría.

Por otro lado, me parece importante porque significó una devolución de todo lo que te dan todas y cada una de las mujeres a las que APRAMP atiende. Esa devolución consiste en poner en valor el trabajo de valentía que todos los días hacen para recuperarse de una situación de la que yo, probablemente, no sería capaz de hacerlo. Pero, además, no estamos hablando de la labor que yo realizo dentro de APRAMP, estamos hablando de 19 personas que fueron galardonadas. Yo fui por la Comunidad de Madrid en representación de personas anónimas que están haciendo algo importante dentro del Estado español.

9. ¿Qué retos tiene APRAMP para el próximo ejercicio?

Mi reto siempre es el mismo, es poder decir que todo está hecho y que no va a llamar a la puerta nadie para contarme una situación cada vez más tremenda y horrible de violencia. Yo creo que tenemos que señalizar a aquellas personas que están colaborando para que las mujeres sigamos siendo moneda de cambio, sigamos siendo carne que tiene un precio y yo no quiero vivir en una sociedad en la que alguien tenga precio.

Yo creo que lo vamos a lograr, yo sí soy positiva y creo que hemos avanzado mucho en que los procedimientos con estas personas sean cada vez más fáciles. Pero considero de verdad que últimamente estamos olvidando a nuestra infancia, a nuestra niñez y eso hace que esas perspectivas no se estén teniendo en cuenta en todo lo que se está realizando.

Quiero estar en una sociedad igualitaria en derechos, para todas las personas y creo que toda la sociedad lo tiene que construir, de nada sirve que lo haga un Estado o que lo haga un partido político determinado u otro. Yo sí que creo que tenemos que llegar a un consenso, que no podemos tener un parlamento permanentemente con ese ejercicio de no reflexión y sí de violencia, que tengamos posibilidad de poder hablar, de poder hacerlo sin miedo.

 

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